Hay veces en que sentimos que no tenemos fuerzas para hacer algo. Creo que es en esas situaciones en las que con más razón DEBEMOS seguir haciendo lo que nos comprometimos a cumplir. Es como entrenar para una maratón... correr, correr y correr, todos los días que corresponden, kilómetro a kilómetro... Dicen que cuando terminas tu entrenamiento, la sensación es indescriptible y solo la conoce quien entrena. Así mismo... quien termina una maratón, al día siguiente... es odiado por cada parte de su cuerpo, menos por una... su corazón.
Parece que uno de los ingredientes para lograr nuestras metas es repetir y repetir hasta que, difícil o no, se vuelva casi automático!
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